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(10 HIPÓTESIS PARA REPENSAR LA DEMOCRACIA)

#1: 40 Años de Democracia

El 2023 será un año signado por el proceso electoral. En los próximos meses tendremos la posibilidad de elegir mediante el voto quién gobernará en Argentina durante los cuatro años venideros. Una característica central de esta coyuntura, seguramente, estará relacionada con la reivindicación del “retorno de la democracia” por parte de casi todo el arco político del país.

Debates abiertos en torno a la democracia

Entendemos que más allá de sus insuficiencias, la vía por la cual han transitado hasta ahora, todos los procesos populares que vienen pujando por cambios en dirección de mayor justicia social y soberanía nacional, parece ser la democrática. Por eso consideramos que en su 40 aniversario, se torna importante desempolvar viejos debates y colocarlos nuevamente sobre la mesa, porque mantienen plena vigencia: la democracia que rige los destinos del país desde diciembre de 1983 ¿Fue realmente un “retorno”?

Pensar esta democracia como “retorno” es pensar que la última dictadura estuvo en el medio de una democracia que se interrumpió y luego continuó, cuando en verdad, el genocidio vino a estructurar el país sobre nuevas bases. Una de ellas fue la de borrar del horizonte de nuestro pueblo la perspectiva de revolución. El proceso democrático que se abre, más allá de haber disipado del horizonte el fantasma de posibles golpes militares, no modificó la estructura económica heredada de la última dictadura.

Por eso sostenemos que el 83 no viene a “recuperar la democracia” sino a instalar una donde la desigualdad social se da como un hecho incuestionable y donde la perspectiva revolucionaria ya no tiene lugar (luego del efecto pedagógico del terror: “mirá cómo terminaron quienes quisieron hacer la revolución”).

De la democracia que tenemos a la democracia que queremos

Nuestra patria atraviesa profundas injusticias en la actualidad, producto de la profundización de la pobreza tras la pandemia y los cuatro años anteriores de macrismo, pero también, de las cuatro décadas de este proceso que podemos caracterizar como “democracia de la derrota”, “democracia de la desigualdad”.

Decimos de la derrota porque antes del golpe de Estado de 1976, las luchas populares si bien ponían eje en poder sortear la proscripción del peronismo (que no podía presentarse libremente a elecciones), en esencia, pujaban por terminar con los males de la Argentina a través de un proceso revolucionario que condujera al socialismo.
Diciembre de 1983 insistimos, más que un “retorno a la democracia”, abre un ciclo a partir del cual no puede pensar un proceso de cambio social que no tenga en cuenta la cuestión democrática para construir una patria libre, justa y soberana. Pero desde las militancias populares cabe interrogarnos sobre qué política democrática pretendemos para el país que queremos.

GENEROSA FRATTASI- Instituto Plebeyo- UTEP