
Linera: filósofo de la praxis Latinoamericana
Presentación del Cuaderno de Formación y Debate Nº1: Conversaciones con Álvaro García Linera
Por Mariano Pacheco
(Director del Instituto Generosa Frattasi)
Hay una relación estrecha entre historia, conceptos e intervención militante en Álvaro García Linera. De allí que en esta presentación nos propongamos reponer y destacar su recorrido biográfico, ligado a la militancia, el estudio y la escritura desde edad temprana. Veamos.
Entre 1979 y 1981, mientras en el Cono Sur aún se hacen sentir las consecuencias del Plan Cóndor, comienza a producirse en Bolivia un nuevo amanecer de los pueblos indígenas. Son tiempos de ajustes hacia los sectores populares, pero el movimiento obrero minero, lejos de convocar a una lucha abierta contra los inicios de esa era neoliberal, llama a desmovilizarse.
Es en ese contexto cuando un jovencísimo Álvaro García Linera viaja a México, en 1981, con apenas 19 años. Allí estudiará matemáticas, pero por sobre todas las cosas, se familiarizará con las lecturas que por entonces una franja de la intelectualidad realiza sobre la obra de Karl Marx. También en México conoce a Raquel Gutiérrez Aguilar, su futura pareja y compañera de militancia. La aún pujante guerrilla centroamericana (tengamos en cuenta que en julio de 1979 triunfa la revolución sandinista en Nicaragua) ejercerá sobre esta juventud una influencia notable, sobre toda la que se desarrolla en Guatemala. También son esos momentos de intenso estudio teórico-político.
Cuando regresa a Bolivia, en 1985, el país atraviesa en pleno una época de ofensiva neoliberal. Es allí cuando Linera logra combinar, a través de las “células mineras”, una integralidad en su formación como cuadro revolucionario: lecturas, debates, acción, incluso formación militar.
Entre 1985 y 1989 (año en que comienza a desmoronarse el “bloque de países socialistas” que integraron durante décadas la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS), se produce en Bolivia un proceso de organización que tiene entre sus protagonistas a “Ofensiva roja” (de los Ayllus), la formación del Ejército Guerrillero Tupak Katari y la fundación de una editorial. Linera escribe entonces bajo el pseudónimo aymara de Qhnanchiri (“el que ilumina las cosas”) y realiza un gran esfuerzo de elaboración teórica, centrado en el trabajo en torno a lo indígena y su relación con la lucha de clases en Bolivia (siguiendo ciertas pistas del peruano José Carlos Mariátegui y el marxismo Latinoamericano: poner en el centro de la escena el problema de la tierra y al indígena como sujeto político).
Todo ese proceso, que culmina en derrota, lo llevan (junto a Gutiérrez Aguilar y otros militantes) a permanecer por cinco años detenido. Siguiendo la tradición comunista de personajes como Antonio Gramsci, también Linera hace de la cárcel una escuela de formación: estudia sociología, lee obsesivamente El capital y elabora sus tesis en torno a la forma valor y la forma comunidad (como Antonio Negri en la cárcel italiana leyendo y escribiendo sobre el filósofo Spinoza, Linera trabajará con las lecturas de Marx hasta gestar nuevos sentidos de ese complejo y extenso texto).
Entre 1999 y 2003 formará parte del Grupo Comuna, junto a otros destacados intelectuales críticos bolivianos. El centro de gravedad del trabajo teórico-político pasa por repensar la clase obrera: indagaciones estadísticas, etnografía, conceptualización del proceso de reproletarización. Es el contexto, a su vez, del ascenso de la lucha de masas de los “movimientos sociales”, con crecientes rasgos de radicalización (“Guerra del agua” y “Guerra del gas” en 2000 y 2003). El proceso destituyente (cinco presidentes tuvo Bolivia entre el 2001 y el 2005) protagonizado por una sociedad en movimiento se combinó simultáneamente con el proceso instituyente que derivó en la emergencia del Movimiento al Socialismo (MAS) como “Instrumento Político de los Movimientos Sociales”, que llevará a la fórmula Evo Morales/ Álvaro García Linera a la presidencia y vicepresidencia del país entre 2005 y 2019, cuando el gobierno sea jaqueado por un golpe de Estado y ambos dirigentes se exilien en la Argentina.
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Una de las grandes virtudes de Linera, a nuestro entender, es que fue capaz de ir gestando aportes conceptuales al calor mismo del desarrollo de la Revolución Democrático Popular que vivió Bolivia en todos estos años, contribuyendo a repensar las democracias, el Estado y la transición más allá de las fronteras de su país, en el camino de crear una caja de herramientas teórica para el conjunto de luchas de los pueblos de Nuestra América.
Al menos dos grandes etapas aparecen a primera vista en esta década y media de gobierno del MAS, en la que Linera fue un activo constructor.
Un primer período (2005-2008), caracterizado por al menos tres puntos:
- Reforma Constitucional.
- Conformación del Estado Plurinacional.
- Enfrentamiento interno con el bloque hasta entonces dominante.
En un segundo período (2009-2019), que Linera mismo caracterizó como de “laboratorio viviente” de la nueva experiencia popular en el gobierno, se pueden destacar al menos seis elementos:
- Institucionalización de los nuevos derechos populares conquistados.
- Características “clasistas/culturales” del nuevo bloque de poder estatal.
- Consolidación de nuevas fuerzas políticas duraderas en el país.
- Recambio generacional de liderazgos.
- Nueva distribución territorial del poder estatal.
- Nuevo sistema de ideas.
Sus escritos sobre la crisis neoliberal, el protagonismo de los movimientos sociales en la resistencia y la apuesta por disputar el poder estatal dentro y más allá de las democracias tal como las heredamos tras el triunfo de las clases dominantes frente a los sectores populares hacia fines de la década del setenta, son un insumo fundamental para pensar el mundo que se viene; para comenzar a esbozar una nueva teoría del Estado y de la transición. Sus elaboraciones en torno a la crisis estatal no sólo explican, como lo ha hecho para el caso nacional boliviano, el proceso del que fue parte junto a su pueblo, sino que permiten gestar algunos instrumentos para –por fuera de cualquier esquematismo—inspirar nuevas reflexiones sobre la relación entre ofensiva popular (develamiento de la crisis), equilibrio inestable de fuerzas (empate catastrófico), asalto al poder del Estado (sustitución radical de las elites políticas), construcción de nuevo poder estatal (recambio de bloque de fuerzas sociales hegemónicas) y consolidación duradera de un nuevo orden social (punto de bifurcación) a partir del cual se fuerce la matriz de nuestras democracias liberales.
Inspirados en sus textos y sus intervenciones públicas en distintos foros, y aprovechando su presencia más frecuente en nuestro país, decidimos contactarlo. Inspirados por el veinte aniversario del 2001 argentino (co-relativo del proceso de alza de lucha de masas boliviano), le propusimos a Álvaro García Linera sostener una conversación centrada en inquietudes de las militancias de los Movimientos Populares de la Argentina; invitación que aceptó con gusto y que en su momento fuera transmitida por redes sociales.
De la transcripción de ese diálogo sostenido en la sede central de la Usina del Pensamiento Nacional y Popular en la ciudad de Buenos Aires surge este Cuaderno de Formación y Debate con el que el Instituto Generosa Frattasi funda su “Biblioteca” en Indómita Luz, editorial independiente, militante, que forma parte al igual que nuestro Instituto de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular.
Hemos elegido este material para dar inicio a nuestra propuesta de publicaciones porque, más allá de la admiración que podamos cultivar desde estas tierras a sus escritos y trayectoria, para nosotros, para nosotras, Linera no deja de ser un compañero de ruta en esta lucha por conquistar la justicia social en nuestros países, la unión y la liberación de nuestra Patria Grande Latinoamericana y la emancipación de la clase que vive del trabajo en el mundo entero.
La preocupación lineriana, recuperada por el compañero Ramiro Parodi en su libro Álvaro García Linera: una lectura incompleta, es también la nuestra: ¿cómo vencer?
Más allá de su rol en el proceso boliviano, de sus funciones en la vicepresidencia del hermano país, Linera es para nosotros, para nosotras, un auténtico filósofo plebeyo Latinoamericano, militante, digno heredero del marxismo entendido como filosofía de la praxis.